Querido Nero, llegaste a nuestras vidas siendo un cachorro muy travieso y nos enamoraste desde el momento en que te conocimos, cada vez que llegabas a un sitio conseguías ser el centro de atención y cautivar a todos con tu belleza.
Siempre te estaremos agradecidos por todo lo que nos enseñaste, por todo lo que comunicabas sin palabras y sobre todo por habernos dejado disfrutar de tu amor incondicional durante estos 8 años. Estos años a tu lado nos han sabido a poco, ahora has dejado un vacío muy grande en nuestra casa, en nuestra cama y en nuestros corazones.  En estos momentos estamos aprendiendo a vivir sin ti y a soportar tu ausencia, pero nos queda el consuelo de saber que podremos recurrir a ti a través de nuestros recuerdos y pensar que algún día, quién sabe dónde, nos reencontraremos.
Hasta pronto gordo, mi bebé, siempre te llevaremos en nuestros corazones.