Apareciste en la nieve, una mancha negra entre la blancura. Después de diez meses acogida en casa decidimos que ya te quedabas con nosotros. Hemos compartido once años (tenías tres cuando te recogimos). Has sido la mami de todos los peludos que han pasado por casa. Durante estos años nos has dado amor, lealtad y nobleza. Gracias por enseñarnos tanto bueno.
Te queremos, Chica, por siempre.